No te deseo un año maravilloso donde todo sea bueno.
Ese es un pensamiento mágico, infantil, utópico.
Te deseo que te animes a mirarte, y que te ames como eres.
Que tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas,
y la suficiente humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar.
Te deseo que puedas aceptar que hay realidades que son inmodificables,
y que hay otras, que si corres del lugar de la queja, podrás cambiar.
Que no te permitas los «no puedo»
y que reconozcas los «no quiero».
Te deseo que escuches tu verdad.
Que te expongas a lo que temes,
porque es la única manera de vencer el miedo.
Que aprendas a tolerar las «manchas negras» del otro,
porque también tienes las tuyas, y eso anula la posibilidad de reclamo.
Que no te condenes por equivocarte;
no eres todopoderoso.
No te deseo que el 2019 te traiga felicidad:
Te deseo que logres ser feliz, sea cual sea la realidad que te toque vivir.
(P. Edwin Rodríguez)
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