[Hech.7.13] Cuando llegaron por segunda vez, José se dio a conocer a sus hermanos, y el mismo Faraón se enteró del origen de José.
Veamos como fue…
[Gn.43.1] El hambre continuaba asolando el país.
[Gn.43.2] Y cuando se agotaron los víveres que habían traído de Egipto, su padre les dijo: «Regresen a Egipto a comprarnos un poco de comida».
[Gn.43.3] Pero Judá le respondió: «Aquel hombre nos advirtió expresamente que no nos presentáramos delante de él, si nuestro hermano no nos acompañaba.
[Gn.43.4] Si tú dejas partir a nuestro hermano con nosotros, bajaremos a comprarte comida;
[Gn.43.5] pero si no lo dejas, no podremos ir, porque el hombre nos dijo: «No vengan a verme si su hermano no los acompaña» ».
[Gn.43.6] Entonces Israel dijo: «¿Por qué me han causado este dolor, diciendo a ese hombre que tenían otro hermano?».
[Gn.43.7] Ellos respondieron: «Él comenzó a hacernos preguntas sobre nosotros y sobre nuestra familia. «El padre de ustedes ¿vive todavía? ¿Tienen otro hermano?». Nosotros nos limitamos a responder a sus preguntas. ¿Cómo nos íbamos a imaginar que él nos diría: «Traigan aquí a su hermano»?».[Gn.43.8] Entonces Judá dijo a su padre Israel: «Envía al muchacho bajo mi responsabilidad, y ahora mismo nos pondremos en camino para poder sobrevivir. De lo contrario moriremos nosotros, tú y nuestros niños.
[Gn.43.9] Yo respondo por él, y tendrás que pedirme cuentas a mí. Si no te lo traigo y lo pongo delante de tus ojos, seré culpable ante ti todo el resto de mi vida.
[Gn.43.10] Ya estaríamos de vuelta dos veces, si no nos hubiéramos entretenido tanto».
[Gn.43.11] Ya que tiene que ser así, continuó diciendo Israel, hagan lo siguiente: Pongan en sus equipajes los mejores productos del país, y regalen a aquel hombre un poco de bálsamo y un poco de miel, goma tragacanto, mirra, nueces y almendras.
[Gn.43.12] Tomen además una doble cantidad de dinero, porque ustedes tendrán que restituir la suma que les pusieron junto a la abertura de la bolsa. Tal vez se trate de una equivocación.
[Gn.43.13] Lleven también a su hermano, y vuelvan cuanto antes a ver a ese hombre.
[Gn.43.14] Que el Dios Todopoderoso lo mueva a compadecerse de ustedes, y él les permita traer a su hermano, lo mismo que a Benjamín. Yo, por mi parte, si tengo que verme privado de mis hijos, estoy dispuesto a soportarlo».[Gn.43.15] Ellos recogieron los regalos, tomaron una doble cantidad de dinero, y bajaron a Egipto llevándose a Benjamín. En seguida fueron a presentarse delante de José,
[Gn.43.16] y cuando este vio que venían con Benjamín, dijo a su mayordomo: «Lleva a estos hombres a casa. Mata un animal y prepáralo, porque hoy al mediodía comerán conmigo».
[Gn.43.17] El mayordomo hizo lo que José le había ordenado y los condujo hasta la casa.
[Gn.43.18] Pero ellos, al ser llevados a la casa de José, se llenaron de temor y dijeron: «Nos traen aquí a causa del dinero que fue puesto en nuestras bolsas la vez anterior. No es más que un pretexto para atacarnos y convertirnos en esclavos, junto con nuestros animales».
[Gn.43.19] Entonces se acercaron al mayordomo de José y le hablaron a la entrada de la casa,
[Gn.43.20] diciéndole: «Perdón, señor, nosotros ya estuvimos aquí una vez para abastecernos de víveres.
[Gn.43.21] Pero cuando acampamos para pasar la noche, abrimos nuestras bolsas y resultó que el dinero de cada uno estaba junto a la abertura de su bolsa. Era exactamente la misma cantidad que habíamos pagado. Ahora tenemos esa suma aquí con nosotros,
[Gn.43.22] y además hemos traído dinero para adquirir nuevas provisiones. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas».
[Gn.43.23] Pero él respondió: «Quédense tranquilos, no teman. Su Dios y el Dios de su padre les puso ese dinero en las bolsas. La suma que ustedes pagaron está en mi poder». Y en seguida les presentó a Simeón.
[Gn.43.24] El mayordomo introdujo a los hombres en la casa de José, les trajo agua para que se lavaran los pies y les dio pasto para los animales.
[Gn.43.25] Ellos prepararon los regalos, esperando la llegada de José al mediodía, porque ya les había avisado que comería allí.[Gn.43.26] Cuando José entró en la casa, le presentaron los regalos que traían y se postraron ante él con el rostro en tierra.
[Gn.43.27] José los saludó y les dijo: «El anciano padre de que me hablaron, ¿vive todavía? ¿Cómo está?».
[Gn.43.28] «Nuestro padre, tu servidor, vive todavía y goza de buena salud», le respondieron; e inclinándose, se postraron.
[Gn.43.29] Al levantar los ojos, José vio a Benjamín, el hijo de su misma madre, y preguntó:
«¿Es este el hermano menor de que me habían hablado?».
Y añadió:
«Que Dios te favorezca, hijo mío».[Gn.43.30] José salió precipitadamente porque se conmovió a la vista de su hermano y no podía contener las lágrimas. Entró en una habitación y lloró.
[Gn.43.31] Después se lavó la cara, volvió y, tratando de dominarse, ordenó que sirvieran la comida.[Gn.43.32] Sirvieron en mesas separadas a José, a sus hermanos, y a los egipcios que comían con él, porque los egipcios no pueden comer con los hebreos: es una abominación para ellos.
[Gn.43.33] Cuando se sentaron frente a José, por orden de edad, de mayor a menor, sus hermanos se miraron con asombro unos a otros.
[Gn.43.34] Él les hizo servir de su misma mesa, y la porción de Benjamín era varias veces mayor que la de los demás. Todos bebieron y se alegraron con él.
Y entonces…
…
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¡Eh! ¡Me has engañado! Relacionas el versículo de los Hechos donde San Esteban habla del encuentro de José con sus hermanos, con un texto previo a dicho encuentro… Y me cortas la lectura en lo más emocionante para decirque «Continuará»… ¡Esto no se hace! ¡Que yo soy muy impaciente!
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